Benjamín Luna Lujano, Cronista Oficial de Costa Rica
Era una noche fría y obscura del año 2010 cuando el pintor plástico José García González y un servidor Benjamín Luna caminábamos de norte a sur por la calle Domingo Rubí, de la ciudad de Culiacán, Sinaloa. Íbamos en búsqueda de una taberna para reconfortar nuestras energías y alegrar un poco nuestro espíritu. De repente, al voltear a mi derecha quedaron frente a mí, cuatro hermosos cuadros de pintura en acrílico, adosados a la parte superior de la pared del edificio del negocio denominado Importaciones Comerciales de Culiacán. Pensando que mi amigo García podría saber el origen de las pinturas le pregunté: ¿Oye José quién realizó esas pinturas? ¿Por qué se encuentran en este edificio? ¿Quién es el propietario? Conforme continuábamos la marcha mi amigo me fue narrando la historia de las reliquias.
“Corría el año de 1966, me dijo García, estudiaba yo pintura y dibujo en la Universidad del estado de Veracruz, donde conocí y fui alumno del maestro Mario Orozco Rivera, con quien llevé dos cursos de arte plástico y muralismo. Al terminar los estudios el maestro Orozco me informó que regresaría a la ciudad de México no sin antes sugerirme lo siguiente: cuando vayas a la capital búscame en este domicilio. Un año después, mi esposa Amparo Ochoa y yo viajamos a la ciudad de México y visitamos al maestro en el sitio indicado. Nuestra sorpresa fue que la morada donde acudimos a la cita, era nada más y nada menos la residencia de David Alfaro Siqueiros, quien se encontraba, junto con otros artistas, diseñando la escultura que años después llevaría por nombre Polyforum Cultural Siqueiros. En el mismo lugar observé- continúa narrando García- al maestro Orozco Rivera elaborando los cuadros que acabamos de ver en ese domicilio. Al preguntarle para quién eran esos acrílicos, me comentó que se los había encargado don Manuel Suárez y Suárez, un empresario muy poderoso en México quien tenía el gusto por la pintura plástica y muralista. A finales de 1966, los paneles fueron terminados y transportados vía terrestre, a la ciudad de Culiacán, y colocados en el edificio donde se encuentran actualmente.” Termina comentando mi amigo José García.
Al escuchar el nombre de don Manuel Suárez me interesó el tema, pues yo sabía que dicho personaje había sido el fundador del Ingenio Rosales y del pueblo de Costa Rica. Con la información arriba mencionada me di a la tarea de encontrar la relación del mecenas y las hermosas obras pictóricas historia que narro a continuación.
En 1952, Manuel Suárez y Suárez, a la sazón propietario del Ingenio Costa Rica, fundó en la ciudad de Culiacán el Banco Regional del Pacífico S.A. ubicado en lo que es actualmente el negocio denominado Comercial de Importaciones, por la calle Domingo Rubí entre Antonio Rosales y Ángel Flores, frente al mercadito Salvador Alvarado (hoy de las Flores). Era la época en que empezaba la bonanza agrícola del municipio de Culiacán como producto de la inauguración de la presa Sanalona que trajo por cierto muchos dólares al estado de Sinaloa.
Suárez era, en ese entonces, propietario de muchas empresas en el país, entre ellas el edificio del Hotel de México, posteriormente llamado World Trade Center, el más alto de América Latina en su tiempo. En 1965 Suárez invita a David Alfaro Siqueiros, quien recién cumplía una condena de cuatro años por el delito de disolución social y por profesar la ideología comunista, a pintar el mural más grande del mundo denominado Polyforum Cultural Siqueiros. En la realización de esta obra, Suárez contrató a Mario Orozco Rivera, a quien conoció desde 1964 en el estado de Veracruz al ser su colaborador en las majestuosas obras pictóricas del Casino de la Selva.
Para valorar la importancia de los referidos cuadros es necesario conocer la trayectoria de su autor. Orozco Rivera nació en la ciudad de México en el año de 1930, siendo sobrino del pintor y muralista Diego Rivera. En 1952 ingresa a la escuela de pintura y escultura de la (UNAM), obteniendo varios premios al ser el alumno más destacado del taller La esmeralda, lo que le permiteconvertirse, un año después, en maestro de la Alma Mater, contando con tan solo 23 años de edad. Tiempo después ingresa al Salón de la Plástica Mexicana realizando trabajos figurativos y abstractos, transmitiendo mensajes críticos, tanto en producción mural como en pintura de caballete, llegando a dominar diversas técnicas como: ilustración de libros y revistas, diseño de carteles, composición musical y poesía.
En 1953, realiza su primera exposición individual en el Círculo de Bellas Artesy gana, de nueva cuenta, el premio al mejor alumno de la Escuela de Pintura y Escultura. En paralelo la revista Art News (Noticias de Arte) lo incluye entre los mejores pintores jóvenes de América. En 1956, cambia su residencia, al estado de Veracruz donde se vuelve maestro de tiempo completo de la Universidad de Veracruz y funda el taller de pintura y escultura de esa casa de estudios. Un año después, en esa misma entidad realiza varios murales entre ellos: La lucha por la existencia y la creación en la naturaleza, La ciencia veterinaria integrada a la vida social y Caballo en disección.
Posteriormente, en Xalapa Veracruz, realiza tres reconocidos murales. El primero denominado: Defensa, continuidad y destino de nuestra cultura, en el edificio del Instituto de Antropología, un segundo mural titulado Veracruz revolucionario, en la Biblioteca Central de la Universidad Veracruzana y un tercero, de nombre Liberaciónpintado en las oficinas del Supremo Tribunal de Justicia del estado en el cual plasmó la leyenda “No condenar sino liberar”.
En 1959, es invitado a la primera Bienal de jóvenes en París. En 1970, previo a la inauguración del Polyforum, realiza la hermosa escultura denominada La fuente de los genios de 6x8 metros de diámetro y en reconocimiento a su labor se impone su nombre a una de las salas del citado Polyforum.
Para la década de los años 60 ya consagrado como uno de los mejores pintores y escultores de América Latina, es invitado por David Alfaro Siqueiros a trabajar en la realización del Polyforum Cultural Siqueiros, y es en este domicilio, donde conoce a Don Manuel Suárez quien lo invita a pintar algo emblemático para el edificio de su Banco Regional de Sinaloa, (fundado en 1952), en la ciudad de Culiacán Rosales, Sinaloa.
A finales de 1966, el genio de la pintura mexicana, llega a la capital sinaloense para instalar los cuatro paneles de herrería, acero forjado, cemento y acrílico construidos en casa del gran maestro David Alfaro Siqueiros y cumplir con la palabra empeñada a Suárez y Suárez. Al finalizar la colección fue titulada por Orozco Rivera como: La Marcha de la Humanidad y su Conexión con la Agricultura Sinaloense; firmando discrecionalmente cada uno de los cuadros, con las iniciales (M.O.R.). Dichas pinturas fueron instaladas en el edificio del Banco Regional de Sinaloa el 16 de diciembre de 1966. En el libro denominado Trascendencia de un mecenazgo Manuel Suárez y Suárez (1896-1987), Publicado en el año 2000, además de las obras de Alfaro Siqueiros, se mencionan las pinturas de Orozco Rivera entre ellas los cuadros de referencia y se dice que estos últimos se encuentran perdidos o extraviados. Como nota curiosa, cabe mencionar que cada uno de los paneles mencionados tiene un peso aproximado de 100 kilogramos.
Como nota final debo decir que, el colectivo cultural “Arte en Movimiento de Costa Rica” y un servidor como Cronista de la Ciudad, hemos luchado para rescatar la colección de cuadros de Orozco Rivera y llevarlos al museo Cañero-Azucarero de Costa Rica para su conservación, pues consideramos que es un legado de Don Manuel Suárez para el pueblo de Costa Rica, donde fundó, por cierto, el ingenio azucarero más moderno de México en su tiempo, y donde más de una ocasión dijera las palabras siguientes: “Amo a este ingenio como si fuera uno de mis hijos”.
Sin embargo, hay que decir que, hasta el momento, nuestras gestiones para rescatar estas joyas pictóricas han sido infructuosas, bien sea por ignorancia, desconocimiento y/o negligencia de nuestras autoridades, que no han escuchado nuestros ruegos o porque no hemos encontrado al funcionario, que tenga la debida sensibilidad sobre la riqueza y el tesoro que representan. Pero no descansaremos hasta lograr que dicha serie de pinturas, tenga un sitio apropiado donde se puedan admirar por las nuevas generaciones, para vernos cuando menos un poco más civilizados.
Por otra parte, nuestro amigo José García ya se comprometió a restaurar la serie de paneles mientras llegan al museo Regional Cañero – Azucarero Amparo Ochoa de Costa Rica, donde permanecerán para siempre a la vista del público en general que así sea.
Fuentes:
García Cortés, Adrián, Siqueiros, Suárez y el Polyforum, Culiacán, Sinaloa, México, Ed. Polyforum Siqueiros, 2000, 286 pp.
Trascendencia de un mecenazgo Manuel Suarez y Suárez (1896-1987), México, Ed. INBA, 141 pp
Entrevista de Jorge Saldaña a Manuel Suárez y Suárez y David Alfaro Siqueiros, Internet, 24/08/1972
Entrevista al pintor plástico y muralista José García González, Culiacán Rosales, Sinaloa, 25/11/2017