Panteón San Juan; ícono de Culiacán desde 1844

Enclavado en céntrica zona de la ciudad de Culiacán, el panteón San Juan Nepomuceno subsiste desde el 13 de mayo de 1844, fecha en que ese cementerio fue inaugurado por el VII Obispo de Sonora, Lázaro de la Garza y Ballesteros. Desde el 22 de agosto de 1840 se adjudicó a la curia un solar para la construcción del cementerio, del cual el clero fungió como propietario y administrador hasta que en observancia a la Constitución de 1857, en ese mismo año el panteón San Juan pasó a ser propiedad del Estado.

A lo largo de su existencia el panteón registró una restauración a mediados del siglo XX, mediante una colecta entre varios vecinos gestada por el licenciado Juan C. Trucíos. Posteriormente se realizaron dos ampliaciones, en 1970 y en 1982, durante las respectivas administraciones municipales de Mario Procopio Ramos y Roberto Tamayo Müller.

Numerosos son los nombres que aparecen inscritos en las lápidas que identifican a quienes estuvieron o siguen inhumados en las monumentales o modestas tumbas que flanquean las callejuelas del cementerio.

Esa memorable relación incluye a destacados militares, políticos, profesionales poetas y periodistas, así como familias cuyo nombre cobra una gran significación en la vida y en el desarrollo socio económico de la ciudad y del estado. Por tanto, el panteón San Juan se significa como un nicho de la memoria sinaloense.