enero 30, 2024

Noviazgo y matrimonio de otros tiempos

Noviazgo y matrimonio de otros tiempos

Carlos Bel Castro Inzunza

Con el propósito de recordar cómo se llevaba a cabo un matrimonio desde el noviazgo hasta su boda en épocas pasadas, me di a la tarea de elaborar este sencillo trabajo. Se ha notado una gran diferencia entre un noviazgo y el proceso de un matrimonio de la época pasada con el que se lleva en la actualidad, tal vez se deba a la evolución de las cosas de nuestra sociedad, se ha n cambiado tradiciones y costumbres y eso nos ha hecho ver que existe una marcada diferencia.

1.- Cuando un joven pretendía a una señorita tenía que hacerlo en una fiesta, y las fiestas eran muy escasas, no como en estos tiempos. Lo primero que hacía era invitarla a baila y aprovechar el tiempo que duraba la pieza musical, ya que en ese momento se terminaba la canción y todas las muchachas se iban a sentar con su mamá o la chaperona que las llevaba, que se encontraban en la orilla de la pista de baile. Empezaba a tocar la música y de nuevo las volvían a sacar a bailar y esto sucedía hasta que terminaba la fiesta o sea hasta que salía el sol, después que el galán le declaraba el amor a su compañera si a ella le gustaba la propuesta éste le daba un plazo de quince días para recibir la respuesta del ansiado sí; si la muchacha lo aceptaba como novio el compromiso era qué él tenía que pedir permiso al padre de la novia para visitarla y así se iban cumpliendo reglas, como era ir a la visita cada ocho días.

El día de la visita llegaba el novio, lo pasaban a la sala, ahí se sentaba la novia y también la mamá, y las conversaciones eran con todo el grupo familiar, todo muy distinto a nuestros tiempos actuales. El horario de visita era de 7 a 8 de la noche y nada más.

En esa época el vestuario también era muy distinto; el novio lo único que le conocía a la novia eran las manos y los pies, ya que los vestidos eran de manga y faldas largas y cuellos muy altos, así que ni por casualidad asomaba alguno de sus pechos.

2.- Cuando una pareja llegaba a la formalidad de su noviazgo, que era aprobado por ambas familias, después de haber pasado por una serie de requisitos que se acostumbraban en es a época, como ser honrado, trabajador, servicial y de muy buena conducta, entonces se procedía a pedir la mano de la novia. Ese siguiente paso consistía en redactar una carta donde se hacia dicha petición, la carta tenía que ser envuelta en una mascada de seda de color blanco y llevada por el padre del novio o por otra persona de mucho respeto y de intachable conducta para ser entregada al padre de la novia; una vez que era recibido el mensaje el padre llamaba a su hija y le preguntaba si estaba de acuerdo con lo que aquella carta decía, pero que le diera la respuesta hasta después de quince días para que lo pensara muy bien y estuviera segura de lo que hacer, mientras tanto, mezclaban semillas de arroz y  trigo para que en esos quince días, mientras decidía la respuesta aprendiera a separar el trigo del arroz; al cumplirse el tiempo indicado, si la novia decía que estaba de acuerdo, entonces se procedía a organizar la ceremonia nupcial. Desde ese momento en que la novia daba el sí, el novio se hacía cargo de la manutención de la novia y él le llevaba toda la ropa para que le lavara y le planchara a su futuro esposo.

Para organizar dicha ceremonia se daba otro plazo de veinte días a un mes, tenían que fijar el día de la boda – que tendría que ser en sábado -, correr amonestaciones en la iglesia y una vez cumplidas todas esas reglas la novia se hacía acompañar de un grupo de muchachas de su confianza para recorrer todo el poblado invitando casa por casa a familiares y amigos. La fiesta tenía que llevarse a cabo en la casa de la novia, para eso se construía una gran enramada con horcones de madera y techumbre de rama fresca para que todo oliera a nuevo.

En las bodas de esos tiempos la comida se servía entre doce y una de la tarde, por lo tanto la ceremonia religiosa tenía que ser por la mañana, un día antes se organizaban hombres y mujeres para sacrificar los animales que con anterioridad sus amistades les habían regalado como eran gallinas, guajolotes y gansos con los que se prepararía la comida y también preparar el nixtamal y molerlo para la elaboración de las tortillas, ya que éstas eran hechas a manos por un grupo de mujeres.

La casa se arreglaba lo mejor que se podía. Por donde iban a pasar los novios se ponían unos arcos de hoja de dátil adornados con flores naturales y en el portal de la casa se construía un bonito trono donde se sentaría la pareja de los recién casados, después de ser recibidos con música y aplausos. Como a doscientos metros de la casa había dos personas con una docena de cohetes cada uno para tirarlos cuando miraran venir el carruaje donde venían los novios y los invitados se enterarán que ya estaba por llegar.

Ya que pasaba el regocijo de felicitaciones, abrazos y algunos llantos s procedía a servir la comida. En la mesa de honor sentaban los novios, los padrinos y algunas de sus amistades, a los demás invitados se les servía debajo el chocolate acompañado de bizcotelas y pan y de ahí para adelante empezaba la banda a tocar y todo mundo a bailar toda la noche hasta que amanecía. Otro día el novio se iba a su casa y la novia era entregada a la madrina para que pasara quince días con ella y la pusiera al tanto de cómo sería la vida conyugal lo cual consistía en cuáles serían sus obligaciones con su esposo cómo tratarlo con cariño, con respeto y desde luego como sería su primera noche conyugal, así que el novio tenía que tener mucha paciencia para esperar que terminaran ese plazo tan largo para estar con su amada.

Lee más en Ibídem Informativo:

https://datos.culiacan.gob.mx/index.php/s/LSdGepMb9fL3ABs

© Derechos Reservados La Crónica de Culiacán - Gobierno de Culiacán 2018 - 2021
Correo Electronico: La Cronica de Culiacan
Blvd. México 68 s/n, Col. República Mexicana, Culiacán, Sinaloa, México Tel 667 758 0101