
Cuando inició don Adrián García Cortés el proyecto de Historia Oral, en mayo de 1999, para la Crónica de Culiacán no magnificó la gran trascendencia que tendría tanto para la Institución como para la sociedad en generarla. Aquí valdría la pena preguntarse ¿Si en el estado de Sinaloa, en los municipios, existen proyectos que competen a la memoria histórica? La respuesta a esta pregunta sería fácil de contestar porque institucionalmente no hemos encontrado proyectos a nivel estado en donde se aplique este tipo de metodologías que podría decirse que es nueva, sobre todo si se pretende recuperar la memoria histórica.
La historia de los sin voz
En este interés creciente, diversos colectivos de la docencia y de la investigación histórica se han interesado en rescatar los testimonios de gente común con el fin de reconstruir la vida cotidiana urbana y rural. Esta nueva manera de trabajar la historia ha diversificado los sectores tomando en cuenta también a grupos marginales u opositores a los que tradicionalmente detentan el poder. Para algunos estudiosos la historia oral tiene sus limitaciones, ya que los testimonios orales obtenidos a partir de una entrevista, se pueden cometer omisiones en datos o fechas históricas. Para defensa de la historia oral, ésta es utilizada sólo como complemento de las fuentes bibliográficas escritas, a la que aporta una evidencia, un testimonio que sirve para “confirmar, contrastar o bien refutar hipótesis enunciadas a partir de las fuentes escritas”[1]. Así, para obtener información beneficiosa dependerá de que el entre visitador prepare una buena entrevista basado en un cuestionario previamente preparado, y no sea una conversación espontánea. Y no olvidarse de que el objetivo de la historia oral es avanzar en el conocimiento de la realidad pasada, y de este modo,” al igual que las fuentes estadísticas, hemerotecas, archivos oficiales, la historia oral participa en una visión interdisciplinar de la historia que permite analizar el pasado desde diversos enfoques y puntos de vista”[2] .
Los objetivos de la Crónica de Culiacán son: 1. Rescatar, compilar, clasificar y fomentar la historia y la tradición oral, con testimonios de quien no habiendo escrito al respecto puedan aportar información útil para la memoria histórica de Culiacán, así como: 2. Colectar la memoria histórica, la tradición oral y el acervo documental característico de las sindicaturas del municipio de Culiacán, con el fin de incluir en sus historias particulares en la elaboración de un sistema de compilación de datos diversos para la edición de monografías de actualización continua y 3. recoger esta historia oral para convertirla en historia escrita, es un afán constante de historiadores, cronistas, y archivistas, para la conformación de los valores y la identidad de los pueblos.
La investigación de campo La Crónica en sus inicios hizo sus primeras salidas a sindicaturas y poblados de Culiacán. Para poder apoyarse en esta labor, recurrió a los pasantes de carreras universitarias que hacían su servicio social. En este caso, la investigadora Josefina Rayas Aldana, (precursora en esta metodología en Culiacán) capacitó a seis jóvenes estudiantes de la Facultad de Historia de la UAS para que apoyaran en el estudio. No fue tarea fácil el interpretar la información de manera objetiva, ya que el quehacer académico en el campo de la investigación requiere particularidades al procesar y editar la información en publicaciones de alcance común. Esta tarea se complicó para los prestadores, ya que estaban acostumbrados a que la enseñanza escolar les proporcionara instrumentos para resolver investigaciones, y en esta ocasión requerirían capacitación por parte de los profesores, por lo que fue necesario, al paso del tiempo, ir conformando un modelo de investigación con una normatividad y metodología para los nuevos proyectos basados en la historia oral.
Las publicaciones obtenidas a través de esta práctica fueron el boletín Ibídem, los cuadernos Documenta Culiacanense y los libros de Colección Dixit. Nos obstante, ha sido hasta la fecha reciente cuando se pudo integrar el área con personal especializado, al que se le ha dado las herramientas necesarias y equipos actualizados para brindar a la Historia Oral la importancia que el Instituto La Crónica le concede. Misión: En la búsqueda del valor histórico que derive en identidad y sentido de pertenencia, la microhistoria cuenta en grado supremo para la memoria colectiva. En Sinaloa, particularmente en Culiacán, hay una historia no escrita que permanece viva en el recuerdo de sus habitantes; recogerla para que no se pierda y para nutrir el saber común, es la misión principal de esta área.
Visión: La memoria colectiva se nutre del saber de quienes han vivido por años en un espacio. Pero esta se da de todas esferas sociales, urbanas y rurales, por lo que aunarlas es tarea que debe cumplirse con interés y entusiasmo. La Crónica de Culiacán se siente comprometida a ir a su rescate hasta el último rincón del municipio y la región para que no se pierda y pueda incorporarse a la convivencia social.
Hoy a 20 años de su existencia el área de Historia Oral del Instituto La Crónica de Culiacán ha avanzado en la recolección de la memoria histórica del municipio, podríamos decir que hay mucho por hacer, pero resulta trascendente destacar lo que se hizo.
Programa de sindicaturas
Los cronistas honorarios hacen que este programa reavive, ya que sin su apoyo sería dificultoso realizar esta tarea ya que su experiencia y su conocimiento del lugar enriquecen los estudios monográficos. De las 17 sindicaturas que pertenecen al municipio de Culiacán, se han publicado 6 monografías, que corresponden a la Serie de Sindicaturas.
1.- Tachuichamona la Sindicatura y su gente de Rosendo Romero Guzmán y otros, 2. Costa Rica: del ingenio a las pirámides de Benjamín Luna Lujano, 3. Eldorado: Sus recursos y su historia de Esteban Ruiz Martínez y Julio Mendívil Félix, 4. Quilá: historia y sociedad. Estudio monográfico de la Sindicatura de Esteban Ruiz Martínez, 5. Culiacancito, tan lejos y tan cerca de Erasmo Beltrán Rosas, 6. Culiacán, síntesis monográfica, de Rosendo Romero Guzmán.
Estos trabajos realizados por los cronistas, puede ser un punto central de conoci[1]miento para estimular a las nuevas generaciones para que se interesen en la historia de sus comunidades, como lo afirmó Adrián García Cortés “puede ser un abrevadero de continua utilidad para las generaciones que se inserten en la evolución de sus comunidades”[3]
Archivo de la palabra
El archivo de la palabra está construido por 3 fondos:
Fondo 1: Radio UAS, integrado por entrevistas y trabajos radiofónicos de personajes y hechos de Culiacán con un total de 175 casetes grabados, con las correspondientes transcripciones (2001-2004).
Fondo 2: Entrevistas con 228 casetes (1996-2008).
Fondo 3Conferencias: Temas inherentes al municipio con 173 casetes (1998-2005) Cuenta además, con un fondo de 44 video casetes (2000-2008). Los mismos abordan personajes, conferencias, lugares históricos entre otros temas. Por otra parte, fue necesario abrir tres nuevos fondos que responden a los proyectos que se desarrollan actualmente y que se profundizarán aún más, el año próximo. Un fondo para personajes, el cual emergió con el trabajo realizado de don Felipe Ayala, ciudadano que ha visto desde inicios de siglo el desarrollo y crecimiento de la ciudad de Culiacán, así como la publicación de María Teresa Zazueta y Zazueta, periodista que rompió esquemas, nos abre un panorama general de la ciudad de Culiacán del siglo XX. Otro fondo es el correspondiente a la historia de las colonias de la ciudad de las cuales se realizarán las oportunas monografías, trabajo que se realizará en coordinación con los jefes o jefas de colonias y estudiantes universitarios. Y un tercer fon[1]do denominado proyectos especiales, el cual se inició con el proyecto denominado Mujeres Centenarias presentado con motivo de los festejos del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la revolución mexicana.
Para finalizar, es significativo aclarar que se proyectan tres programas los cuales fortalecerán la misión del instituto: el prime[1]ro en relación a la historia de las colonias de Culiacán las cuales suman 396, (el crecimiento ha sido exponencial) lo cual implica un diseño que articule a jefes de colonias, cronistas y estudiantes. Este proyecto no es sólo necesario por la demanda de información, sino además por la formación de un fondo de testimonios orales que concatene y complete el mapa histórico de nuestra ciudad en expansión. En segundo lugar un programa sobre edificios históricos que conlleve la recuperación del patrimonio arquitectónico, y el rescate de espacios públicos. Y por último un programa de personajes de la ciudad, que implique recuperar la historia a través de personas que vivieron e hicieron historia en Culiacán. Sabemos que hay mucho por hacer, que los programas requieren de continuidad y que además las líneas de investigación deben estar bien definidas. A veces resulta central dar a conocer el trabajo; todavía encontramos con muchas inercias que tienen que ver sobre todo con un desconocimiento que general la historia oral.
El reto es crear espacios para que la investigación se visibilice en el contexto social, y por otro, vincularnos con las instituciones educativas para crear programas conjuntos donde los estudiantes experimenten una práctica de su propia comunidad.
- David Mariezkurrena Iturmendi, La Historia Oral como método de investigación histórica, en revistas Dialnet. https://dialnet.uni[1]rioja.es/servlet/articulo?codigo=3264024
2 Lopus citatus.
3 Entrevista realizada a Adrián García Cortés, excronista oficial de Culiacán, en 2006.
[1] David Mariezkurrena Iturmendi, La Historia Oral como método de investigación histórica, en revistas Dialnet. https://dialnet.uni[1]rioja.es/servlet/articulo?codigo=3264024
[2] Lopus citatus.
[3] Entrevista realizada a Adrián García Cortés, excronista oficial de Culiacán, en 2006.