Don Adrián García Cortés: una vida fecunda y trascendental
El 8 de septiembre de 1924, en un vagón de ferrocarril, nació el niño Adrián, su nacimiento y niñez tuvo que ver con una vida azarosa producto de la trashumancia del trabajo de su familia en el circo. Su adolescencia ya alejada del circo estuvo marcada por las carencias, el único sostén fue su madre, que al igual que el, realizó infinidad de trabajos para poder sobrevivir.
La cultura del esfuerzo lo llevó a combinar el trabajo con el estudio. El destino lo colocó en una actividad que será una de sus pasiones: el periodismo. Alos 13 años entró de aprendiz en el periódico El Día, y llegó a ser tipógrafo. Algunos años después consiguió trabajo en el periódico El Debate en los Mochis. Su vocación estaba escrita: en la CDMX trabajó en periódicos y revistas nacionales reconocidas, estudió e impartió clase en algunas escuelas de periodismo y buscó la especialización, aspiración que lo llevó Madrid España.
Su inquietud por el saber lo llevó a estudiar, de manera autodidacta, urbanismo, planificación. Ingeniería municipal, arquitectura, vivienda, seguridad social y ciencias y técnicas de la comunicación. Además, fue funcionario de varias dependencias gubernamentales, entre ellas la Presidencia de la República y del sector privado.
A su regreso a Sinaloa se incorporó a el Periódico Noroeste y después a La Hora de Sinaloa. Ya para entonces tenia una gran cantidad de libros publicados, muchos de sus trabajos eran del género de la crónica, lo que le valió para ser nombrado cronista de la ciudad de Culiacán en el gobierno municipal de Sadol Osorio Salcido. Con ese título se avocó a el rescate del Archivo General del Municipio de Culiacán. Le tocó inaugurar, el 30 de diciembre de 2013, antes de fallecer (27 de diciembre de 2014), El Palacio de la Memoria, el cual lleva su nombre como un homenaje a su fecunda y trascendental trayectoria.
Su inquietud por el saber lo llevó a estudiar, de manera autodidacta, urbanismo, planificación. Ingeniería municipal, arquitectura, vivienda, seguridad social y ciencias y técnicas de la comunicación. Además, fue funcionario de varias dependencias gubernamentales, entre ellas la Presidencia de la República y del sector privado.
A su regreso a Sinaloa se incorporó a el Periódico Noroeste y después a La Hora de Sinaloa. Ya para entonces tenia una gran cantidad de libros publicados, muchos de sus trabajos eran del género de la crónica, lo que le valió para ser nombrado cronista de la ciudad de Culiacán en el gobierno municipal de Sadol Osorio Salcido. Con ese título se avocó a el rescate del Archivo General del Municipio de Culiacán. Le tocó inaugurar, el 30 de diciembre de 2013, antes de fallecer (27 de diciembre de 2014), El Palacio de la Memoria, el cual lleva su nombre como un homenaje a su fecunda y trascendental trayectoria.